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En los años que llevo dedicando al mundo de las Artes, me decanto irrevocablemente por un arte enigmático, es decir, en un arte capaz de transcender más allá de los sentidos y de la razón. Ese arte de espíritu romántico capaz de conmover y alterar las conciencias de todo aquel que lo contemple. Todo esto es debido a la situación que nos encontramos en la actualidad, donde impera el concepto por encima de la técnica validando todo aquello que a mi modo de ver, se me antoja de vulgar e incoherente, falto de intelecto. Donde la escusa sirve como método creativo dejando de lado una herencia del verdadero virtuosismo que se ha de tener para poder crear una verdadera obra de arte.

Pretendo que el arte recupere el status que siempre tuvo y el que se merece, y deje de exhibirse como un mero negocio accesible solo a ciertos privilegiados de alto poder adquisitivo que solo quieren estas obras para su almacenamiento esperando a que su valor se incremente. Busco ese arte que contaba esa verdad más allá existente de la realidad en la que vivimos y nos haga preguntarnos por las cosas verdaderamente importantes.

Me interesa el estudio de la figura humana a través de los métodos utilizados por los que considero los grandes maestros de la pintura tales como; Rembrandt, Carravagio, Velázquez, Sorolla, entre otros. Me fascina la manera en la que tratan las luces y sombras, el color, la vida en sus obras en general. Además de la pintura, la escultura es otra rama del arte que considero básica. Pero una escultura fuera de los museos, una escultura monumental e integrada en la vida (ya sea la humana o la natural).

No me decanto ni por la figuración ni por la abstracción, considero que una auténtica obra de arte puede ser ambas cosas. Pero me declaro completamente en contra de ese arte por el arte, aquel que no pretende nada salvo un beneficio propio. Por lo que en los años venideros mi trabajo consistirá en intentar complementar estas ideas a base de lecturas, bocetos y mucho trabajo.

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